La tipografía es uno de los aspectos más relevantes cuando hablamos de literatura infantil, que aunque muchas veces queda en segundo plano frente a la trama, las ilustraciones o el diseño de portada, elegir la tipografía para cuentos infantiles es un paso clave para que la experiencia de lectura sea agradable y comprensible para los niños.
La correcta elección no solo mejora la estética de la publicación, sino que también influye en la legibilidad, en la forma en que los pequeños se acercan a la lectura y en la capacidad de mantener su atención. Es por eso que a lo largo de este artículo exploraremos los puntos fundamentales que todo autor o editorial debe considerar, así como algunos ejemplos de tipografías ideales para cuentos infantiles.
¿En qué consiste la tipografía en cuentos infantiles?
Cuando hablamos de tipografía en el contexto de los cuentos infantiles nos referimos al conjunto de características visuales de las letras: forma, tamaño, espaciado y estilo. No se trata únicamente de seleccionar un diseño atractivo, sino de garantizar que cada palabra pueda leerse con facilidad.
En la infancia, la lectura está en pleno proceso de aprendizaje. Por ello, una tipografía poco clara, con ornamentos excesivos o con trazos confusos puede suponer una barrera que entorpezca la comprensión. Una tipografía adecuada, en cambio, acompaña el texto y ayuda a que el niño centre su atención en la historia.
El objetivo principal es facilitar la lectura, sin restar atractivo al diseño editorial. La tipografía debe ser un puente que conecte al lector con el relato, y no un obstáculo visual que lo aparte de él.

La importancia de la tipografía para cuentos infantiles
El papel de la tipografía en la literatura infantil va más allá de lo estético, ya que cumple una función pedagógica, ya que facilita la decodificación de las palabras y contribuye al desarrollo del hábito lector.
- Legibilidad: un tipo de letra claro y sencillo permite que el niño identifique las palabras con menos esfuerzo. Esto es fundamental en las primeras etapas lectoras.
- Atención: la tipografía también ayuda a mantener la atención del lector. Un texto bien presentado es más atractivo y anima a seguir avanzando en la historia.
- Inclusión: al escoger tipografías accesibles, también se facilita la lectura a niños con dificultades específicas, como la dislexia.
De este modo, la tipografía se convierte en un elemento pedagógico y artístico al mismo tiempo. Por eso, cuando un autor decide publicar un cuento infantil, debe prestar atención a este detalle tanto como al propio argumento.
Tipografías ideales para cuentos infantiles
Al elegir una tipografía para un cuento destinado al público infantil, es recomendable optar por aquellas que han sido diseñadas o seleccionadas con la legibilidad en mente. A continuación, veremos algunas de las más utilizadas y recomendadas en este campo:
Sassoon primary
La tipografía Sassoon Primary ha sido diseñada específicamente para el aprendizaje de la lectura, cuyas formas redondeadas y claras recuerdan a la escritura manual que los niños comienzan a practicar en la escuela. Este tipo de letra no solo es estéticamente atractiva, sino que también acompaña el proceso de reconocimiento de letras.
Resulta especialmente útil en los primeros niveles educativos, cuando el lector aún necesita un apoyo visual claro para familiarizarse con la forma de las letras.

Comic Sans
Aunque es una tipografía que ha generado debate en otros ámbitos, lo cierto es que Comic Sans tiene características que la hacen adecuada para textos infantiles: es clara, sencilla y con formas abiertas. Su uso puede ser recomendable en libros donde se busca cercanía y dinamismo.
No obstante, es importante no abusar de ella y emplearla en contextos adecuados, siempre equilibrada con el resto del diseño editorial.

Iowan Old Style
Para cuentos dirigidos a un público infantil un poco mayor, donde se busca mantener un aire más clásico sin perder legibilidad, la tipografía Iowan Old Style puede ser una opción interesante, ya que combina un diseño tradicional con trazos muy limpios, lo que permite que la lectura sea fluida.
Es ideal en publicaciones donde se busca transmitir cierta seriedad sin perder la frescura necesaria en la literatura para niños.

Andy / Andy Bold
La tipografía Andy Bold se inspira en la escritura manual, pero con un diseño mucho más limpio y claro que otros estilos similares, siendo perfecta para aportar un toque cercano y personal en los textos, especialmente en cuentos que incluyen diálogos abundantes o narraciones en primera persona.
Este estilo refuerza la idea de cercanía y de complicidad con el lector, algo que suele ser muy bien recibido por los niños.


Al final escoge la que a ti también te guste
Si bien existen criterios técnicos y recomendaciones sobre legibilidad, la decisión final debe ser equilibrada entre lo que resulta más funcional y lo que transmite mejor la esencia de la historia, donde cada cuento es único y, por tanto, requiere un enfoque personalizado.
El autor o editor debe preguntarse: ¿qué sensación quiero transmitir con este libro? ¿Qué tipo de experiencia quiero que el niño viva al abrirlo? A partir de estas respuestas se puede tomar una decisión más acertada.
En este punto, también es fundamental considerar el acompañamiento que ofrecen los servicios de Rimpompante, pues contar con asesoramiento editorial permite elegir no solo la tipografía adecuada, sino todo un conjunto de elementos gráficos que den coherencia a la obra.
Además, entender el proceso editorial en su totalidad ayuda a valorar la tipografía como parte de un engranaje mayor, en el que intervienen la maquetación, las ilustraciones y el diseño final. De esta forma, cada detalle suma a la calidad del producto final.
Conclusión
La elección de la tipografía para cuentos infantiles no es un aspecto menor: constituye una herramienta fundamental para lograr que la lectura sea clara, atractiva y educativa, ya que opciones creadas específicamente para apoyar el aprendizaje, como Sassoon Primary, o tipografías más adaptables como Andy Bold, cada elección tiene un impacto directo en la experiencia del lector.
Por ello, autores y editoriales deben prestar atención a este detalle con la misma dedicación con la que desarrollan la trama o las ilustraciones, donde solo así podrán crear cuentos que no solo entretengan, sino que también favorezcan el aprendizaje y fomenten el amor por la lectura desde la infancia.